A tus pies

Sé que en muchos lugares hace tiempo que os habéis  puesto el chubasquero y os tapáis con la mantita en el sofá, pero en Barcelona justo empezamos a pensar en ello.

Y cuando pensamos en casas calentitas, pensamos en eso, mantitas, telas más gruesas y alfombras. Las alfombras nos transmiten una sensación de calidez inmediata.

Eso no significa que siempre hagan pensar en calor, eso depende del material y del diseño. Porque un kilim de lana encaja perfectamente en una casa de verano, y definitivamente lo hacen las alfombras de fibras naturales o de papel.

Una de mis preferidas es la Beni Ouarain, una alfombra bereber de lana, fotogénica dónde las haya y que favorece cualquier ambiente, de los más clásicos a los más actuales.

Si tu suelo es de por sí decorativo, como en el caso del mosaico hidráulico, lo mejor son las alfombras neutras y lisas. O incluso una alfombra como la Dot, de bolas de fieltro de lana 100%, porque sus motivos geométricos son lo bastante sencillos para no anular otros estampados.

Pero si es el pavimento el que es neutro,  te puedes permitir abusar del color, con alfombras de lana estampadas o kilims  coloridos.

Y si el suelo es de madera, estás de suerte, todo le va bien.

Las alfombras visten y completan la decoración, es en este caso, por ejemplo, suavizan la imagen industrial de esta cocina.